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¿Por qué El Pejerrey Empedernido?

Un espacio que se dedica a las fronteras que se cruzan entre el mundo de aquello que nos permite la vida y el goce, el disfrute, el convivio, como lo es el comer, beber y cocinar, y el otro de las representaciones, de los textos, de los sonidos y las imágenes.



Por Víctor Ego Ducrot / Como suele suceder en el mundo de los textos, también esta vez funcionó aquello del círculo eterno, que se conforma de resonancias y memorias. Y recordé uno que es magistral, los “Diez descansos de cocina”, del mexicano Alfonso Reyes (1889-1959), y forma parte de “Memorias de cocina y bodega y Minuta” (Fondo de Cultura Económica; México; 1998).


Escribió en 1953 el maestro Reyes, en su Descanso IX: “Además de la buena carne que allá se encuentra, sea siempre loado el pejerrey, que es a la Argentina lo que a España es la merluza o el huachinango a México. Ni siquiera el millonario Guinle pudo transportarlo a sus lagos brasileños, a pesar de sus riquezas y sus techos de oro. Y eso que ha conseguido instalar en Teresópolis criaderos de zorro plateado, cosa increíble en aquellas latitudes, triunfo del hombre y alarde de la técnica en lucha con la naturaleza (…)”.


Simplemente por algo de todo ello es que El Pejerrey Empedernido es El Pejerrey Empedernido.


Un espacio que se dedica a las fronteras que se cruzan entre el mundo de aquello que nos permite la vida y el goce, el disfrute, el convivio, como lo es el comer, beber y cocinar, y el otro de las representaciones, de los textos, de los sonidos y las imágenes. ¿O será que todo es texto?


Platos, recetas, y vinos. Rincones, recomendaciones, lecturas, imaginaciones y propuestas sobre qué, dónde, cómo y por cuánto, porque se hace esperar el día en que el por cuánto fluya a los empujones hacia el territorio de la nada.


De eso se trata El Pejerrey Empedernido. Los invitará a encuentros y rejuntes entre copas y cocinas. Les propondrá oportunidades para hacerse cada uno con algunas de las mejores botellas, de cepas, varietales y cortes, porque el acto de beber vino es amoroso, con un tango con quebradas.


De eso se trata entonces. Y siempre, ¡Salud!

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