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Ma’ que Schokokuchen Gugelhufp ni nada… ¡Viva el Budín Hamburgués de Teresa!

El Pejerrey… nadó entre la aguas del símbolo, de las palabras culinarias, para encontrarse con uno de esos casos que pueden hacer historia. Claro, como al final de cuentas el mundo de los gastronautas conduce al cuerpo, al goce del gusto, resulta que siempre los dilemas dirimen sobre una mesa con mantel, o sin él, pero al comer certero. Llegó a La Plata, provincia de Buenos Aires, esa llanura gigante que se recuesta sobre el Atlántico, y visitó a Teresa Cirigliano. Cantora de tangos ella, “marchand du vin”, y repostera inspirada. Al número de celular 54-9-221-624-1481 ustedes pueden encargarle el mejor Budín Hamburgués que puedan imaginarse. El Pejerrey… se lo asegura y nada menos que para estas fechas de mesas dulces y brindis, porque están a un paso el 2019 y la Navidad del 2018.



Un algo de historias. La palabra budín nos llega del inglés -pudding-, aunque hay quienes sostienen que del francés –boudin-. Por aquellos lares el budín en sus diferentes opus, casi con infinitos cortes y quebradas, se hizo muy popular durante los siglos XVII Y XVIII, pero por cierto que reconoce antecedentes muy antiguos en cada una de las grandes cuencas de la cultura culinaria, por el Oriente de más lejos, por el Mediterráneo europea y en la mesoamericana antes de la llegada de la Conquista. Fueron tiempos en los que en Alemania se hablaba del Stärkemus Stärkepudding.


No me atreví a pedirle la receta a Teresa. A ver qué dice –que quien sea me ampare- si lee la que sigue, robadilla de Internet.


BUDÍN HAMBURGUÉS


200 g. manteca


200 g. azúcar


1 cucharada de miel


Ralladura de una naranja y/o 1 cucharada de esencia de vainilla


3 huevos


60 cc. de vino oporto


300 g. harina leudante (O 280 HARINA 0000 + 20 POLVO DE HORNEAR)


80 g. chocolate en trocitos o chips


150 g. nueces


Batir la manteca con el azúcar y la miel hasta lograr una crema. Incorporar la ralladura, la vainilla y los huevos de a uno. Tamizar la harina. Unir a la preparación con espátula, con movimiento envolvente, alternando con el vino oporto. La masa debe resultar lisa y no debe trabajarse más de unos segundos.


Colocar la mitad de las nueces en trocitos y los chips de chocolate a la masa. Volcar en un molde alargado de 24 por 8 cm, forrado con papel enmantecado. Decorar la superficie con el resto de las nueces enteras.


Hornear a 170° C por 40 a 50 minutos. Hasta 60 minutos. Comprobar la cocción hundiendo un palillo de brochette. Dejar reposar en el molde por 5 minutos, desmoldar y enfriar sobre rejilla. Una vez frio envolver con film plástico o aluminio y reservar en sitio fresco o heladera.


Hasta la próxima... Pero me olvidaba, con café... o con un blanco refrescado, y si es Moscatel de Alejandría mejor. ¡Chau!

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